jueves, 17 de noviembre de 2011

El futuro es...el pasado

 El futuro es…el pasado.
 Si chico,  si alguna vez habéis oído decir aquello del futuro es vuestro, al referirse a quien  gozando de juventud se le vislumbra toda una vida por delante y lo que ello conlleva, a partir de hoy se podrá decir que ese futuro os lo están condicionando, y con qué condiciones podéis decir, pues con las del retroceso, la del mirar para atrás, la cerrar las puertas, la de poner trabas, límites, dificultades, no dar oportunidades al progreso, ese que tenéis la obligación de construir, vuestro impulso y la necesaria obligación de mejorar el mundo heredado os lo demandará.
Pero sabes chico, sabes cómo puedes empezar a cambiar las condiciones que te quieren forzar a combatir, pues empezando por eludir, evitar, desplazar, a quien quieren hacerlo, sumando votos que lo consigan, peleando por lo que se puede imaginar que nos va a perjudicar.
Hay que reconocer que en el momento político actual se prevé que se van a colocar en el gobierno de España los que sabemos y sobre todo, y esto es importante, gracias a los viejunos que son los que van a decantar la victoria hacia ese lado. Hay que agradecer a las encuestas que nos lo desvelen porque así sabemos como corregir la tendencia, y no es lo que tengamos en nuestra parte mucha capacidad de decisión gracias a nuestro voto, que es poco, reconozcámoslo, la fuerza si cabe viene por la vía del progreso debido, el que aportará la natural rebeldía de la juventud.

Porqué votarán al partido p. los tantos viejunos. Son gente comprensiblemente conservadora, condición que les da la edad, colocándola en otro tiempo que ellos entienden mejor por pura nostalgia. Gente a la que no es difícil manipularla dirigiéndola a base de miedos, temores y rencores (inmigración, inseguridad ciudadana) hacia la salvación de quien se ha vendido como salvador, buscando la tradición rancia como vehículo para sus planes. Gentes pretendidamente malvada y egoísta que no ve más allá de lo que les muestra sus televisiones manipuladas y no acepta lo que pueda haber de cohesión social en los logros conseguidos de beneficio general, tal vez por ellos mismos, a los largo de la historia; en fin, una suerte de apocalípticos que nos ha caído en desgracia.
Ya lo decía Umberto Eco en su libro Apocalípticos e integrados:
Los apocalípticos:
Apocalípticos son los que plantean un enfoque pesimista sobre los alcances de la cultura de masas, ya sea desde una postura conservadora o aristocrática, o bien progresista. Son aquellos que miran hacia el pasado y se aferran a las viejas costumbres, a las antiguas teologías y a los métodos reaccionarios de rechazo para hallar la verdad. Son los que prefieren obedecer a la autoridad impuesta, en lugar de la guía autoimpuesta del intelecto iluminado. Siguen a una iglesia y a un gobierno, se caracterizan por la devoción y el amor puros, pero no quieren reconocer al espíritu santo como la inteligencia de la que están dotados. Pertenecen a la vieja generación.
Y de estos hay muchos
Rafael Cuevas.

1 comentario:

juan antonio dijo...

Una reflexión de lo más acertada ¡si señor!una reflexión de lo más esclarecedora de lo que se viene encima, un huracán azul que nos va a dejar en cueros, ¡se puede ser más memo!llegan tiempos de retomar las calles.
Saludos