viernes, 21 de octubre de 2011

El Principio del Fin

Por fin un buena noticia
Efectivamente, muy buena noticia que recibí con indiferencia y escepticismo, no obstante el ambiente en el cual me fue desvelada no es muy apropiado para tales nuevas; el caso es quedé con un regustillo rumiante que me provocaba satisfacción, esto era así, porque empezaba a valorarla en su verdadera dimensión como algo positivo y muy importante, luego, no me era indiferente, es más, a nadie le puede resultar indiferente que la banda terrorista ETA, anunciase el fin de sus actividades violentas, y pienso ahora en la gente que realmente lo sufre, no en quienes  lo han sufrido como victimas que en su tragedia,  qué les importa ya estos anuncios, su vidas tuvieran un antes y un después que las sesgó. Estas ahora, en su devenir deambulan entre el odio y la rabia, el olvido y la sed de justicia. Los demás no podemos menos que consolarlas, entenderlas, respetarlas y construir un futuro con su presencia pero sin su rabia y su odio, no se puede añadir más odio al odio. Pongámonos en lugar de ellas, pero de verdad. Imaginemos que nos quitan, nos arrebatan a los seres que más queremos, con quienes compartíamos lo más grande, y los más íntimo y que además sabemos quien ha sido, son los mismos que, por si esto no fuera poco, ni nos reconocen el dolor, ni nuestra dignidad, ¿qué podemos hacer?, ¿qué puede hacer la sociedad por nosotros que les reclamamos ayuda y solidaridad? La democracia es generosa y en su medida, justa, y esta deberá tener los resortes que canalicen este problema peliagudo

Pero, qué duda cabe preguntarse cuando aquel que tenía la pistola apuntándonos, la enfunda y, marcha andando de espaldas sin perdernos la vista hasta desaparecer. Y digo esto porque la primera consecuencia es que nos quedamos aliviados, al menos hemos salvado algunas de nuestras cabezas y con un poco de suerte, si esto sigue así, el miedo producido perderá intensidad y podremos desenvolvernos sin agarrotamientos, ataduras o escoltas; entonces ¿acaso no era eso lo importante? Sinceramente sí, entre otras cosas porque a partir de ahora, sin la amenaza constante, se puede empezar a construir el espacio de convivencia de acuerdo a los principios democráticos, pero…, todavía hay mucha tela para cortar.
Leyendo el comunicado de ETA, además de breve, se aprecia una falta de nobleza y honradez, es como que la prosa etarra conjugara con sus acciones, esta es, la de los verbos, desafiar, y mal intencionar, pues primero no es capaz de reconocer su daño que han provocado y segundo, del escrito se trasluce que su absurda lucha ha merecido la pena para desembocar en este punto concreto, es como que todo estaba bien hecho y dirigido hasta llegar al momento de su renuncia. Esta manera de entender su actuar no puede ser otra que la de una mente perversa capaz de tal pensamiento y no es porque no lo entendamos, que sí, es porque al entenderlo lo interpretamos como se nos muestra. ¡Terrible!
Pero…, el comunicado sí algo tiene de bueno: la explícita renuncia a la violencia.
No vamos a fiarnos de tales impresentables, es cierto, con su jugada estratégica nos quieren engañar, pero por esta vez ¡sí!..., vamos a dejarnos engañar si su comunicado se verifica en la realidad. Y lo vamos a hacer como demócratas que somos, esos que aceptamos a contrarios o a viles, siempre y cuando juguemos todos con las mismas cartas y las mismas reglas, la de una constitución y una realidad europea. A partir de ahí, el presente cambiante e interesado, será el que vaya definiendo la propia historia.

 RfCs

domingo, 2 de octubre de 2011

Tacones

Es difícil por no decir imposible establecer criterios de autoridad de algún tipo ¿o no? Uno opina en base a su propio entendimiento y su conocimiento del mundo y a no ser que el reconocimiento sea aceptado por otras partes receptoras de una manera natural, sin presiones, sino tan solo con convencimiento, no se le dará su debido valor. Esto es algo difícil que suceda en este “siglo XXI cambalache problemático y febril” http://www.todotango.com/spanish/las_obras/Tema.aspx?id=T9lldaeHiig= en el que es lo mismo un burro que un gran profesor, o lo que es igual, que lo que se diga obedezca a una ocurrencia, o se deba a algo meditado y razonado, evidentemente las dos cosas no tienen el mismo peso específico, aunque ambas sean merecedoras de respeto.
Lo que pasa es que todo el mundo utiliza estrategias de convencimiento de todo tipo, incluso desde manipulación hasta el fraude ¡que le vamos a hacer…! ¡Çe la vie!
Entonces, como ya decía la canción, “Ahora vengo yo…” para decir simplemente lo que pienso, que no es otra cosa que: lo desnaturalizado no puede ser modelo ni estilo de vida.

Que si…, que ya sabemos que cualquiera puede hacer lo que le apetezca y que una mujer lleve tacones por que diga que le gusta y se sienta bien no se le puede condenar, pero, al menos, se puede decir lo siguiente:
Cuando veo a tantas mujeres andando por la calle, en un acto de normal desplazamiento y lo hacen subidos en una tortuosa plataforma, que se les clava en los talones y les curva la espalda desplazando su peso sobre los dedos comprimidos al sujetarse en la propia carcasa de la plataformas, llámense: zapatos de tacón, no puedo menos que lamentar su suerte y sorprenderme de su capacidad de sufrimiento asumido. Están oprimidas y tiranizadas por una estética que presenta a la mujer sobre esos alzos como a alguien más deseada, más estilizada y casi por ello, se supone que con mayor autoestima. ¡Gran error! Como uno más de tantos que nos dictan las modas, depilación, tangas, maquillajes, peluquerías, etc. que convierten a la mujer en un ser torturado constantemente para alcanzar estados de bienestar personal y que acaba creyéndose Ella misma, como algo natural o de su particular idiosincrasia.
Hartos estamos de comprobar que la vida no es así, no es esto, aún a pesar que ciertamente si se consigan estados de satisfacción, (sentirse más guapas, más admiradas, con mayor alcance social por sus mayores posibilidades de ofrecimiento y conquista, puede que incluso autoestima) aunque estos se deban a un malestar o incomodidad que se debe superar y que no nos colocan en la realidad de la vida, la de su naturaleza íntima.
Épocas pasaron en las que la Mujer se liberaba de su tradicional opresión machista, y lo hizo fundamentalmente, gracias a la incorporación al mercado de trabajo lo que supuso la propia capacidad de manutención y por lo tanto de su propia redefinición después de tanta dependencia y sumisión. Gracias a ello podía conseguir quitarse de ataduras y rémoras misóginas que las tenían tiranizadas y… ¿qué pasó…? Pues que tras un tiempo de fiesta y reformas se fue perdiendo fuelle de lucha y, arrollados por el pensamiento único, todo aquello no fue más que un espejismo, o un apropiamiento de rancios feminismos que acabaron por estar mal vistos y volver a comulgar con las ruedas de molino de más y más tiranías para la mujer, en las que parece encontrarse cómoda.
Cerca de mi trabajo hay un Colegio Mayor, de exclusividad masculina, de esos que sus residentes necesitan tener un altísimo nivel económico para poder costearlo mientras realizan sus estudios universitarios. Cuando les toca, realizan unas fiestas a las que acuden multitud de chicas, todos (ellas y ellos) en edad de merecer. Habiendo de todo, o sea sin generalizar, resulta patético ver el síndrome de cenicienta de muchas de las invitadas con tacón y sus aparentes aires de conquista salidorra. En estas actitudes se pueden comprobar a que niveles se queda la Mujer de esas pretensiones, que no deja de ser otro que el le han impuesto en esos fines. A todos nos gusta estar guapos y si tuviéramos que acudir a algún lugar con ánimo conquistador, seguramente mostraríamos nuestras mejores galas, como ha venido haciéndose siempre a lo largo de la historia de la humanidad, pero como esta ha sufrido una trasformación profunda, a día de hoy solo debiera de valer lo que nos naturaliza, sin sufridos postizos, tal como se es. Eso sería lo ideal.
Claro, que la que se “ligó” al futuro abogado, piloto o arquitecto de familia bien, dirá sin soltarlo: ¡A mi plim!


Rafael Cuevas