lunes, 29 de agosto de 2011

Acetre en Folk Plasencia 2011 (También aquí)

La noche llegó como llega cualquier otra tras el transito del día, aunque en este caso esa mañana calurosa y luminosa tuvo la particularidad de consistir en un placentero viaje que incluía el recorrer la región de la Vera, parada en Jarandilla (magro y botellín) y la llegada a Plasencia, al Hotel, recorrido por las calles intramuros de la ciudad sorprendentemente monumental, y todo con un regustillo de saber que con ese deleitoso paso del tiempo nos íbamos acercando a la hora programada para el concierto de Acetre en el Festival Folk de Plasencia 2011. Yo ya me encargaba de irlo casi pregonando en cualquier ocasión que se presentaba, que si a la recepcionista del Hotel, los camareros varios, en la oficina de información y turismo... ¡qué coño! Hemos venido al concierto. En realidad puede que una de las razones de estos festivales sea la promoción turística y al menos en nuestro caso se ha visto correspondida. Henos aquí pues, gastando nuestro dinero, en todo, menos en el propio concierto que… ¡ERA GRATIS!

La noche…, muy calurosa; el lugar…, La Torre Lucía, una especie de patio de armas de un castillo rodeado de muros y torreones; la brisa…, desaparecida, lo que convertía la platea en horno aderezado de ganas de disfrutar con la música que presentíamos inminente, eso sí, antes tuvimos que aguantar a un primer grupo, gallego él, y digo aguantar pues creo que el estilo que practicaban resultaba un tanto sufrible. Consistía en una especie de folk deconstruido, o folk progresivo, o free folk que es probable tenga grandes componentes de estudio e innovación y algún día pueda tenerse como referente, pero de muy difícil escucha y atención, más bien chirriante al incluir entre sus instrumentos a la odiosa Zanfona, no eran momentos esos de interiorismos profundos y complicaciones intelectuales. La noche invitaba al movimiento, al baile, a las palmas, al coro ameno, al movimiento. Una noche de verano mágica de acción alineada con un sonido tradicional cercano y conocido. Acetre nos introduce en la fascinación gozosa de su música como quien no quiere la cosa, es fácil dejarse caer. La presentación de su nuevo disco, que tuvo especial protagonismo en el concierto, alternaba con sus reconocidos éxitos y ya vamos viendo como se manejan en los tiempos de un concierto, con maestría, no obstante, son muchos años en el candelero y, muy pocos serían los que podrían presumir de tan longeva carrera, que ellos llevan con renovados bríos, discos, conciertos, canciones, integrantes, instrumentos y lo hacen acompañados de la mano con la propia vida que transcurre con su tiempo sin olvidar el pasado, tal vez sea por eso por lo que nos vienen a parecer tan cercanos y sencillos: tradición y presente, la tradición no tiene dueño y el presente tampoco, a todos nos pertenecen. Ese presente acompasado con el sonido Acetreño, ya convertido en ayer, lo llevamos ahora en nuestros corazones sabiendo que lo bueno y lo bello va con nosotros.
Rafael Cuevas


Esta primera parte del vídeo pretende mostrar un tanto, cierto ambiente de por Plasencia y termina justamente cuando empieza el concierte de Acetre.



A continuación la 2º parte del vídeo que es realmente cuando comienza el Concierto:



y por último la 3ª parte que es el final real del concierto y un pequeño extra final.




por Rafael Cuevas

domingo, 21 de agosto de 2011

Topo - La Catedral







La catedral flota en el espacio
y miles de naves acuden, en peregrinacion
se ha producido un milagro 
ha vuelto a encenderse el sol

Aguardamos el momento 
el gran sacerdote nos dara su bendicion
los vendedores religiosos nos abruman
con sagrados recuerdos de plastico
el precio de la voluntad son cien mil
con derecho a vela de neon




Depronto el aparece en un brillante balcon
viste traje de a paca, corona de rayo laser
teneis que seguir confiando en mi
si quereis ganar la eternidad
teneis que hacer voto de fe
y volver cada año a esta catedral

Nos han dicho muchas cosas mas
y tuve que salir huyendo de alli
el sol ha vuelto a brillar 
y nada tuvo que ver
el gran sacerdote y su catedral