sábado, 8 de enero de 2011

En Tierra Hostil

En tierra hostil
Ya viene uno a estar harto de los encasillamientos a los que solemos recurrir para ordenar el mundo que nos rodea, esa es su utilidad y por eso nos tiramos a saco a ubicar aquí o allá todos los asuntos. Ese proceder es el que nos lleva malas interpretaciones, por malas definiciones. De todos es sabido que las connotaciones aportan por asociaciones u otros valores añadidos significados a las cosas, estas nos hacen tener a partir de aquí otra dimensión para entender y asimilar estas obras, llegando a ser algo peyorativo o negativo y pierde calidad.
 Y digo esto porque cuando se le tacha a una película de americanada, parece que ya está todo dicho. Si además cumple todos los requisitos como belicosidad, exaltación del patriotismo, de la heroicidad, de la nobleza del ciudadano de USA, de sus miedos como signo de humanidad, de la espectacularidad de acción y algún que otro indicio más… ¿qué se puede hacer? Parecería que merece entrada al baúl de los desprecios. Es ahí cuando surge el criterio personal que debe de abstraerse de cuadraturas y de connotaciones preenjuiciadas, dejándose llevar, por el estricto sentido de su personal percepción, crítica, pero alejado de influencias externas. Es cuando empezaremos a ver la película en su verdadera dimensión, la que realmente nos afecta a nosotros espectadores de la obra.
A veces los movimientos de la cámara parecerían ser de un principiante en las tomas o incluso de alguien perteneciente a la corriente cinematográfica Dogma 95 y en otras estos nos sirven para situar al espectador en la trepidante acción del personaje, viendo lo que él ve y temiendo lo que él teme. En cualquier caso pudieran parecer excesivos y seguramente lo sean pero, reconozcámoslo, aportan un vigor y realismo impresionante, esa es la manera elegida que habrá provocado un prolongado y minucioso montaje para encajar ese puzzle de micro planos que nos van guiando por las acciones. Todo sucede rápido, peligroso, efímero, constante y cortante para irnos introduciendo en el increíble mundo del artificiero desactiva bombas, su valor y las asombrosas maneras de proceder, en algunos casos caso con las mismas armas suicidas que quienes las colocan, encontrándose en un lugar extraño en el que cualquier cosa o cualquiera es susceptible de ser el enemigo, digamos que todo resulta hostil por encontrarse justamente, en tierra hostil.

Rafael C.

1 comentario:

Juan Antonio H. dijo...

A mi me, molo, merecidisimo Oscar,a propósito de Oscar, me pregunto si no hubiese sido una película bélica, si alguna directora se lo hubieran dado algún día....